ref: AL100
Autor: Varias
título: Hierba Entre Los Adoquines
Plantilla:
Pedro Pons (bajo), Julián Elvira (flauta subcontrabaja), Ivor R. Tamplin (electrónica), Tomás Gris (chelo/piano), Pablo Delgado de Torres (teclado), Isabel Corullón (voz), Javier Entonado (piano), Héctor Roma (percusión), Roberto Rodrigo (electrónica), Ricardo Tejero (saxo), Gregorio Kazaroff (percusión), Juan Morales (electrónica), Alba Morín (violín), Diego Perinetti (electrónica), Ricardo Sanz (objetos/Fx), Paloma Carrasco (chelo), David Area (electrónica), Cecilia Gala (danza), Jorge Ruiz Abánades (piano/percusión), Elsa Mateu (chelo), Wade Matthews (electrónica) y En Busca Del Pasto (EBDP)
TRAILER de la película en Vimeo
Lo que caracteriza un género musical son una serie de rasgos más o menos definidos, que tienen que ver con el tipo de ritmos o de tempos que se emplean, el predominio de ciertas armonías, el uso de ciertos instrumentos o cierto reparto de roles entre los músicos... Lo que sea. Por supuesto que la indomable creatividad de los músicos no deja de exprimir las posibilidades de cada genético, produciendo fusiones y variaciones sin cesar, de modo que los propios géneros al final se desdibujan en piezas inclasificables. Pero lo cierto es que uno siempre sabe volver a las bases de cierto género, por decir así, pues sus rasgos esenciales siguen ahí, perfectamente reconocibles al menos para quien sabe reconocerlos. Obvio que un género como el jazz ha producido variaciones y se ha fusionado de tantos modos que hay cientos de piezas musicales de las que es difícil decir que sean o no sean jazz o qué relación mantienen con él. Pero, aún así, uno puede todavía pinchar un tema de Charlie Parker y decir sin tapujos “esto es jazz”, sin miedo a equivocarse. Y para quienes conocen los rasgos esenciales del lenguaje del jazz, pueden hacer jazz y tocar jazz y decir sin tapujos “esto es jazz”. Y lo mismo ocurre con cualquier otro género. Pues los géneros, lo queramos o no, existen; y tomarlos en consideración sigue sirviendo para orientarnos en el vasto campo de lo musical. Los géneros son, por ello, algo así como territorios definidos cuyos limites son efectivamente difusos, pero siguen conservando un centro despejado de dudas.
Esto no sucede, en cambio, con la libre improvisación musical. Y por ello se vuelve engorroso discernir si se trata o no de un género musical, puesto que dicha práctica parte deliberadamente de un principio de libertad creativa, de ruptura, de no adscribirse a ningún género o lenguaje específico, de no acogerse a ningún conjunto de rasgos definitorios. Y así es que, en libre improvisación, uno puede toparse con cualquier cosa.
Podemos imaginar que los géneros musicales son como adoquines cuyos límites se desdibujan por la hierba que crece en sus márgenes. Y entonces intuimos que la libre improvisación no es otra cosa que esa hierba.
Esta es exactamente la idea que se haya detrás del ensayo-documental realizado en Madrid entre 2019 y 2021 por En Busca Del Pasto, dirigido por quien escribe estas líneas, cuyo título es, precisamente, “Hierba entre los adoquines”. La idea fue recoger el hacer y el pensar de un nutrido número de improvisadores e improvisadoras afincadas en Madrid, mostrando así la gran diversidad de esta práctica (que se resiste a ser llamada “género”, aunque algunos así lo consideren). Pues fuera de los adoquines no tiene ya sentido hablar de límites, ni difusos ni sin difuminar, pues todo acontece ya en la pura dispersión de cada individualidad. Cada libre improvisador habita en su propio margen de lo musical y lo habita a su propia manera, desde sus referencias y sus experiencias, con sus propias intenciones y expectativas. Ni siquiera en una escena reducida como la de Madrid encuentra uno la más mínima homogeneidad. Y el sentido de esta película no fue otro que dar voz a esa diversidad, no solo para mostrarla tal cual es, sino también para “conectarla” y hacerla confluir al menos en el propio proceso de elaboración de la película. Es por ello que, como parte de los rodajes, se organizó una sesión de improvisación (el 20 de marzo de 2021 en la llamada Aula de Músicas, en Madrid), a la que fueron invitados todos los participantes del documental (aunque unos pocos no pudieron acudir). El disco que ahora se presenta en Alina Records, como número 100 de su colección, es la grabación íntegra de esa sesión de rodaje. Lo que tenemos aquí, por tanto es la confluencia de una buena parte de esa gran diversidad que encontramos en la libre improvisación madrileña.
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