Es momento para comentar acerca de dos CDs con los que, de
forma casual y afortunada, me he encontrado en estos últimos meses. Hablar de
ediciones en CD pudiera resultar arcaico para muchos… como una especie de “tarjeta
de visita decimonónica”; mas, ni yo ni otros muchos, tenemos nada en contra de
ambas cosas.
Miguel A. García, Marta Sainz y Enrique Zaccagnini -
DESTRUCTION DES ANIMAUX NUISIBLES #2
Los cortes de esta grabación son muros ásperos de sonido que
apenas nos dejan percibir un supuesto entorno. Lo que parecen gritos
desgarradores y jaurías de violencia inconcebible se nos deja solo
sospecharlas, sumiendo al espectador en un estado de terror inconfesado. Hay un
clamor de horrores inconscientes que se esconde agazapado en el alma de todo
humano y algunos de estos trabajos sonoros nos los traen a primer plano, en nuestra
propia percepción.
Se me antoja también, este trabajo, a una sinfonía
programática dedicada a los tiempos actuales, en los que el dolor, la violencia
y el espanto del noventa por ciento de la población quedan absorbidos por un
poderoso ruido que todo lo aplana; en el que se hace estética del suicidio y
noticia de lo más vacuo.
Provocar este tipo de reflexiones, a través del cuidadoso
(sensual) tratamiento del ruido, es tarea sólo de los más insignes y sinceros creadores:
Un Bravo muy grande a García, Sainz y Zaccagnini, por ser de esos pocos capaces
de generar pensamiento y consciencia a través del sonido.
Owin´ek –
WES´EK LAT-WES
Mucho más centrado en el contraste y la construcción es el
excelente trabajo de trío, afincado en Tenerife, Owin´ ek. Un frío regusto por la combinación
de timbres y por la interacción de vías paralelas de ruidismo sutil ocupan su espacio
sonoro. Con un valiente y trabajado uso
del silencio y de los tiempos, logran los artistas entramar un discurso muy
alejado de toda referencia musical, por más que seamos perfectamente capaces de
distinguir las múltiples fuentes de sonido tan clásicas como el chelo o la
guitarra eléctrica.
Sin duda nos enfrentamos ante un trabajo de tres músicos muy dispares repartido
a partes iguales; y esta quizás sea la clave de su perfección: el respeto de un
artista a los otros, en favor de una “imagen” sonora que solo se podrá materializar
con forma equilátera.
Los muchos años de trabajo y experiencias musicales de
Pinillos, Perreko y Jaubert, acaban dando sus frutos; y somos pocos los que,
por fortunas de la vida, acabamos disfrutándolos en forma de CD.
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Víctor Sequí
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