El concierto ofrecido por el músico improvisador David
Paredes en el ciclo Alina de músicas improvisadas, se ajustó a las altas expectativas
que de él se tenían.
Dividiendo su discurso en cuatro secciones, supo explotar con
fluidez todas las posibilidades que una guitarra asistida por efectos puede ofrecernos, sin por
ello resultar en una mera demostración de habilidades técnicas ni de
ocurrencias circenses. El discurso se sostenía por sí solo como ente artístico
articulado de pleno significado expresivo y también, por qué no decirlo, como
humilde declaración de intenciones del propio artista a quien no habíamos
escuchado en Madrid tocando en solitario. Muy de reseñar es el sorprendente uso
de la voz que el músico se atrevió compatibilizar con la guitarra en ciertos
momentos.
Cada una de las secciones en que se dividió el concierto
tenía su propia entidad y razón de ser, algo que no es fácil de presenciar hoy
en conciertos de libre improvisación en los que se tiende a apostar por una
fórmula reduccionista y cerrada donde la variedad y el entretenimiento queden
descartadas. En este caso, la comprensión y empatía del público resultó
manifiesta durante la sesión, pues el contenido y las formas musicales elegidas
por el artista eran comprensibles para todos, sin por ello ceder en nada acerca
de la profundidad y la sutileza de la expresión. Este público formado a partes
iguales por oyentes curtidos en la escucha de música improvisada y por neófitos
interesados en descubrir cosas nuevas, quedó altamente agradecido por la
experiencia.
Aprovechando su estancia en Madrid, David Paredes grabará un
seguro sorprendente disco a dúo con Javier Piñango y otro con la cantante Marta
Sáinz, de los que la casa Alina se ocupará de producir para ofrecer a los
seguidores.
El artista seguirá andando su camino personal y estamos seguros de tendremos futuras ocasiones de disfrutar sus propuestas musicales.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar