El Ciclo Alina de Músicas Improvisadas se ha convertido en
un referente de la improvisación sonora española. Creado y organizado por el
sello independiente Alina Records que, fiel a su apuesta por la experimentación
sonora, prosigue no sólo reuniendo a los músicos más destacados del mundo de la
improvisación, sino proponiendo interactuaciones entre ellos dando como
resultado nuevas, interesantes e intensas experiencias sonoras ya sea a través
de conciertos en directo o de las grabaciones en estudio. Así, cada nueva
sesión se convierte en una cita ineludible, como la que tuvo lugar el viernes
día 27 de febrero en la Tirana de Madrid con un programa doble que tuvo como
denominador común al renombrado saxofonista valenciano Josep Lluis Galiana.
En la primera parte del concierto, Galiana presentó con el
excelente baterista Víctor Sequí, uno de los ideólogos e integrantes del
veterano Trío Antimanierista, el que es el nuevo trabajo discográfico del dúo,
LLIMB, grabado dos años atrás, un 27 de febrero de 2013, y que ha significado
el comienzo de una fructífera colaboración entre ambos intérpretes, quienes al
mismo tiempo siguen desarrollando experiencias paralelas en colaboración con
otros músicos. La inventiva de Galiana y Sequí al combinar el saxo y la batería
nunca tiene límites, lo que les lleva a un intenso diálogo sonoro enriquecido
por una gran variedad de registros en los que se dan la mano las frases de
carácter melódico con arquitecturas armónicas atonales. Un concierto vibrante y
brillante que nos invita a permanecer atentos a su trayectoria y a sus próximas
actuaciones.
Para la segunda parte de la sesión Galiana se reunió con el
guitarrista argentino Guillermo Bazzola, figura destacada del panorama del jazz
y la improvisación sonora actual, y el gallego Fernando Lamas, baterista de
gran versatilidad y refinada técnica que le ha llevado a convertirse en uno de
los nombres fundamentales de la escena de jazz improvisado. Ya uno de los
primeros alicientes previos a su actuación residía en el hecho de saber que los
tres músicos se reunían por primera vez sobre un escenario. Y las expectativas
no sólo se cumplieron, sino que alcanzaron momentos de gran intensidad sonora
creando una multiplicidad de giros estilísticos además de una gran variedad cromática,
desde las combinaciones de Bazzola, de punteos de carácter minimalista a los
rasgueos o arpegios articulados a través de la distorsión, la multiplicidad de
registros de Lamas donde un vigoroso y contundente ritmo que en ocasiones daba
paso a sutiles toques, casi acariciando la batería o la variedad de fraseos del
propio Galiana llevando su instrumento por pasajes abstractos donde conviven la
tonalidad y la atonalidad a partes iguales. Una jugosa reunión que pide a
gritos que se reúnan estos tres excelentes músicos en un próximo trabajo
discográfico !
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