Nos encontramos ante el segundo disco de un dúo cuya
importancia ya fue comentada en su anterior referencia (Ready) para la casa
Chamshell Records. Ahora ha sido el turno de la nueva casa Liquen Records para
publicar su segundo y magnífico CD.
Embarcados en la escucha de Too Short, somos conscientes de
encontrarnos ante un evento musical de máxima comunicación entre dos grandes
improvisadores españoles. Se percibe una cierta prisa por compartir sensaciones,
por crear texturas y modos. Disfrutamos del placer con el que la sed se calma,
bebiendo de todo aquello que es valioso y significativo en la historia de nuestros
antecesores: pisando un suelo sólido con los pies y volando entre las nubes de
nuestros deseos.
Todo vuelo es corto, cuando navegamos el aire, arriesgando,
surcándolo sostenidos por nuestra propia iniciativa. Como valiente es arriesgar
en el aire, también lo es confesar, con libertad, que la música improvisada
libremente se puede sostener con brisas de “jazz”, en connivencia con vientos
“contemporáneos” (de esos del siglo XX)… que estas y otras cosas de nuestro
reciente pasado nos afectan y nos conforman… que negarlas u obviarlas
implicaría asumir un paradigma que no estemos quizás preparados para sostener.
La exquisita integración de estas herencias, se produce de forma natural y
sincera en el encuentro (tan corto) de estas dos figuras de la música actual
europea.
En este Juego de Abalorios “hessiano”, o en esta metáfora de
los “hombres libro”, aquellos que contienen en su interior el cuerpo de la
cultura que inexorablemente desparecerá: Carlos D. Perales y Josep LluísGaliana ofrecen generosamente todo ese corpus tan desconocido como negado por
el “modernismo” actual.
El piano de Perales nos muestra una inconmensurable
capacidad para elucubrar acordes inmediatos que contienen toda la “tradición”
contemporánea. El saxofonismo recio de Galiana explora y escanea todas las
posibilidades del instrumento para articular un discurso variado y sincero. El
resultado es un alegato profundo por esa cultura sonora, todavía no asumida
pero ya etiquetada, que se disuelve con
el paso de los meses por el arramblador sistema que promulga a diario la “vacua
repetición del pasado”, disfrazada de “novedad”.
El oyente que tenga la suerte de disponer de una cultura
musical amplia y abierta podrá reconocer y disfrutar, por entre estos pasajes
“tan cortos”, de una obra pulida y tersa, nacida en la más absoluta inmediatez
del momento, gestionada por una postproducción sabia y curtida como lo es la de
la naciente casa discográfica Liquen Records: toda una apuesta por las
ediciones bien hechas en nuestro panorama europeo.
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