Autor: Alla Yanovsky & Josep Manuel Berenguer
título: El Silencio De Las Sirenas
Plantilla:
Alla Yanovsky - flauta, laúd, bow cymbals, instrumentos experimentales, objetos
Josep Manuel Berenguer - proceso de sonido
fecha de publicación:
11 sept. 2018
El titulo de este álbum, "El silencio de las sirenas", expresa la idea del sonido en sí mismo, con su poder, belleza, duración, presencia o ausencia; con su capacidad de seducir, emocionar, conmover, afectar, cambiar de territorio, abarcar los mares y las islas y aún más allá, ante un silencio con el que coexisten en una rivalidad sujeta a cambio constante y de acuerdo con su historicidad, con el momento presente, con el entorno, con el contexto, así como con el espíritu de la época. Es una investigación en forma de experimentación electroacústica acerca de la naturaleza del sonido, del ruido y del silencio.
Este trabajo encierra un mensaje: "uno puede taparse los oídos, pero no prohibir a las sirenas cantar". Se trata de un mensaje político, sin ninguna duda, porque existen sonidos secuestrados, sonidos y canciones prohibidas… ruidos diseñados para el control social… impuestos, molestos...demasiados, algunos de ellos, sin embargo, inevitables porque forman parte del medio en que vivimos.
Esta obra sonora ha sido llevada a cabo por medio de instrumentos experimentales, objetos e instalación sonora, aparte de instrumentos musicales tradicionales, como el laúd, la flauta o la percusión. Independientemente de la fuente, todos los sonidos fueron procesados en “tiempo real” por herramientas pensadas en función de las necesidades estéticas del proyecto; la textura, el colorido, la intensidad, la duración, la expresión sonora en su dimensión más microscópica o más macroscópica, así como los materiales predominantes en este trabajo sonoro proceden del metal, de la madera y, cómo no, del agua, que todo lo abarca. Todo ello, se da en variedad de usos al servicio de la creación artística. Un despliegue de sonidos-brillo, sonidos-reflejo, sonidos- canto, con gran cantidad de armónicos.
https://www.ivoox.com/llums-tunguska-programa-122-14-11-2018-audios-mp3_rf_30080791_1.html?fbclid=IwAR17YHZB43lcxkaYhsS1dqYhxG1FXUIFl-M6oi3A9aMkW7gKBZ0yqwWWSMk
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En consonancia con el sentido de responsabilidad ética, en el momento de la creación de una obra musical improvisada "en el acto", nos hacemos conscientes de los peligros que nos acecharán al emprender el trabajo que edificaremos sobre una base de contenidos literarios y mitológicos tan estudiados durante siglos de historia como este poema épico.
Evitamos, pues, caer en interpretaciones. La intención de este trabajo es la interrogación del oyente, su implicación : deseamos que use su imaginación y encuentre por sí mismo su relación particular con los sonidos, los silencios, los ruidos, los cantos, los ritmos y los susurros… las escuchas posibles, como en el Prometeo de Nono, son muchas.
DE RUIDO, SILENCIO Y RITMO Josep Manuel Berenguer
El nivel cero de disonancia, es decir, la consonancia
perfecta, solo tiene lugar en ausencia de sonido, cuando no hay amplitud ni
presión. En el cero absoluto. En el silencio, pues, que en vida es un límite
inalcanzable. Se sigue de ahí que el mundo es disonancia. Molestia. Ruido cuya
esencia se embosca en lo inesperado y se manifiesta en forma de perturbación de
las expectativas, de manera que, bajo esa luz, emergen incontestablemente
desgarros en la continuidad, a partir de ese momento y ya para siempre, solo
una sensación o una creencia, incluso, que, habiéndose erigido en exigencia
teórica, ahora arcaica y, desde ahí, apropiado de nuestros imaginarios, se
desploma a la categoría de deseo no consistentemente formulable. Inmadurez. La
continuidad se parece a Dios : adquiere sentido como bálsamo contra el escozor
de la fricción del espíritu con el vacío y la incompletitud. Pero, si la
necesidad de completitud es un sentimiento y es real en quien la experimenta,
no por eso la completitud misma tiene por qué ser real.
Al fin y al cabo, todo indica que el mundo es esencialmente
discontinuo. Para Odiseo, también, cuya aventura se me antoja como un viaje a
caballo de ruidos, dioses y ausencias; una lucha constante y no resuelta contra
la disonancia esencial de la existencia. Ni con la muerte de los pretendientes
de Penélope resuelve, porque el canto vuelve a empezar una y otra vez. Por eso
es que en estas músicas no hay descanso.
Si la acción del ruido en el desequilibrio de los ritmos establecidos es evidente para casi todos, también debería serlo que de alguna forma contribuye en la generación de los nuevos. Como mínimo, los traemos a la consciencia y empezamos a construirlos en el momento de la extinción aparente del ruido, tras la cual, el antiguo ritmo nunca se recupera por completo, porque queda marcado por esa huella. Así visto, el ritmo es la resonancia de un sistema tras la exposición episódica a una perturbación. Si el cambio es constante y une instantes, engendra ritmo; es entonces cuando nos enfrentamos al verdadero ruido cuya incertidumbre intrínseca es la semilla del olvido. El ruido, que pone a prueba la predicción de los acontecimientos y, con la misma intensidad, interfiere en la memoria, altera el carácter del ritmo, pero también el nuestro. Con el espíritu y los ritmos modificados casi continuamente, pues, llama la atención el deseo de experimentarlos siempre de la misma manera, en buscar una y otra vez aquella sensación que nunca recuperaremos totalmente y cuyo recuerdo alteramos cada vez que intentamos rememorarla.
Si la acción del ruido en el desequilibrio de los ritmos establecidos es evidente para casi todos, también debería serlo que de alguna forma contribuye en la generación de los nuevos. Como mínimo, los traemos a la consciencia y empezamos a construirlos en el momento de la extinción aparente del ruido, tras la cual, el antiguo ritmo nunca se recupera por completo, porque queda marcado por esa huella. Así visto, el ritmo es la resonancia de un sistema tras la exposición episódica a una perturbación. Si el cambio es constante y une instantes, engendra ritmo; es entonces cuando nos enfrentamos al verdadero ruido cuya incertidumbre intrínseca es la semilla del olvido. El ruido, que pone a prueba la predicción de los acontecimientos y, con la misma intensidad, interfiere en la memoria, altera el carácter del ritmo, pero también el nuestro. Con el espíritu y los ritmos modificados casi continuamente, pues, llama la atención el deseo de experimentarlos siempre de la misma manera, en buscar una y otra vez aquella sensación que nunca recuperaremos totalmente y cuyo recuerdo alteramos cada vez que intentamos rememorarla.
Como caso particular paradigmático, el ruido se opone a la
periodicidad, esa característica del mundo de la que extraemos patrones cuyo
reconocimiento despierta en nosotros la sensación de haber comprendido. Tal vez
eso, comprender, también sea una creencia. Como el conocer, pero también el
desconocer, igual que el no alcanzar a entender. En buena lógica, ni
comprendemos ni dejamos de comprender. Sabemos cosas; cierto, pero no son
conocimientos del todo y eso nos aleja de una idea global de lo que percibimos.
Comprender es el sueño de un límite. La confianza en la relación de causa y
efecto entre nuestra voluntad de autoría y el resultado de nuestros actos es
otro límite. Lanzas la piedra presumiendo que alcanzará algún punto concreto.
Así lo esperas, porque otras veces así ha ocurrido. ¿Pero qué conocimiento
extraes de esa periodicidad? Familiarizarte con el hecho, con su lenguaje,
incorporar su lenguaje al tuyo, hacerlo tuyo, no implica que hayas penetrado en
él y no tiene sentido convertirte en él para comprenderlo. ¿Será innata esa
tendencia a considerar positivo lo predecible y negativo lo impredecible?
Parece una adquisición evolutiva sin la cual quizá no hubiéramos llegado aquí.
Sin embargo, Guattari y Deleuze se preguntan si alguien querría vivir sometido
para siempre a la tiranía de un ritmo único. Necesitas algo de viento para
hacerte cargo de que no siempre las piedras llegan al destino esperado, que la
tensión entre lo predecible y lo impredecible es la dinámica que en verdad te
conviene y que la tendencia a permanecer en uno u otro extremo no atiende más
que a sentimientos, creencias interesadas, pretensiones dudosas de objetividad,
anquilosamiento. No sólo es que el mundo esté tan hecho de periodicidades como
de aperiodicidades: es imposible separar unas de otras y eso ocurre
particularmente en el habla, donde el equilibrio entre periodicidad y
aperiodicidad se manifiesta en la proporción entre vocales, de composición
espectral clásicamente armónica, y consonantes, las cuales, a excepción de unas
pocas, como las nasales, se caracterizan por la gran variedad de sus espectros
ruidosos. La sorpresa, tan funcional como la rutina, para ser sorpresa,
necesita emanar del ruido.
EL FLUIR DEL TIEMPO Alla Yanovsky
La idea central del álbum surge del relato de Kafka titulado
"El silencio de las sirenas". Kafka nos dice : "Sin
embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su
silencio"…y estas palabras justo en el momento en que se presentan,
devienen para nosotros como punto de partida desde donde desarrollar ideas
sonoras, así como plantear cuestiones teóricas relacionadas con el sonido, el
ruido y el silencio. El terror del silencio…como una invitación a indagar más
acerca los conceptos de ruido y de silencio en el dominio de la
experimentación electroacústica.
En consonancia con el sentido de responsabilidad ética, en el momento de la creación de una obra musical improvisada "en el acto", nos hacemos conscientes de los peligros que nos acecharán al emprender el trabajo que edificaremos sobre una base de contenidos literarios y mitológicos tan estudiados durante siglos de historia como este poema épico.
Pero nuestro trabajo no está enfocado en la investigación
histórica, arqueológica o filosófica. Simplemente, se adentra en el propio
texto de la Odisea y lo observa a través del prisma de la percepción; más bien
como si de una obra audiovisual se tratara, de manera que sale en busca de sonidos-imágenes
que se formarán a partir de las disonancias y resonancias de esa lectura
orientada a la creación de universos sonoros posibles.
Como dice Foucault en “El pensamiento del afuera”, “Las
sirenas son la forma inasequible y prohibida de la voz atrayente. Ellas no son
más que canto… ¿qué otra cosa pueden ser, en su ser mismo, sino la pura
llamada, el grato vacío de la escucha, de la atención, de la invitación al
descanso? … hay que taponarse los oídos,
atravesarlo como si estuviera sordo, para continuar viviendo y poder así
comenzar a cantar; … para que nazca un
relato que no morirá nunca … ”.
Las sirenas, esas seductoras sonoras y sus cantos son
vibración pura. Tienen su lenguaje secreto, penetrante y lleno de colorido
sonoro tan singular. Nuestra investigación es una especie de transducción del
espíritu de la Odisea al espacio de los acontecimientos sonoros.
La duración de las piezas y el lugar que ocupan en el contexto del álbum
recuerda un tríptico que nace de una simetría temporal. 10 años emplea Odiseo
en la guerra de Troya y 10 años más, en volver a Ítaca. Por esta razón, la
duración de los temas-paisajes primero y último, “Penélope” y “Sirenas”, tienen una extensión más corta, mientras que
el tema central, “Odi-sea”, dura 25 minutos.
Nos inclinamos a pensar que un oyente medio no puede saber
con certeza lo que dura un tema musical sin mirar al reloj, porque en este
viaje, con suerte, el tiempo se distorsiona; no debemos olvidar que la
sensación de duración es subjetiva y local. Ello también es un rasgo propio de
la obra de Homero : Odiseo tiene una percepción equivocada del paso de tiempo.
En cualquier caso, el aspecto espacio-temporal de estas músicas es muy
importante y se expresa en la contraposición del discurso sonoro de tiempo liso
o "flotante" (el fluir del tiempo no medido) con el discurso del
tiempo estriado o "pulsado", donde los cortes rítmicos marcan
diferencias a lo largo de ese fluir. Cabe señalar que la decisión de organizar
el álbum en forma de tríptico casi simétrico llega tras el proceso de grabación
que tuvo lugar de una forma intuitiva.
Evitamos, pues, caer en interpretaciones. La intención de este trabajo es la interrogación del oyente, su implicación : deseamos que use su imaginación y encuentre por sí mismo su relación particular con los sonidos, los silencios, los ruidos, los cantos, los ritmos y los susurros… las escuchas posibles, como en el Prometeo de Nono, son muchas.
La flauta y la lira son dos de los instrumentos musicales
más antiguos del mundo. Sin embargo, con “Silencio de las sirenas” no
intentamos imitar aquellos sonidos, solo tratamos de producir simulacros,
metáforas sonoras dirigidas a la imaginación. De todos modos, nos basamos en
toda la información que poseemos acerca de la Odisea para defragmentar y deconstruir
estos sonidos, crear paisajes, sonoridades, ritmos, ruidos y, cómo no,
silencios…
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otras obras de las autoras en Alina Records:
El rechazo a lo "humanamente agradable", a todo aquello que genera una sensación que hace "crecer" nuestro espíritu ensanchando su felicidad, descanso, comodidad y genere todo tipo de paz existente "dependiendo de la deseada",es la huída más común entre las personas sin demasiado "talento"...intentar disfrazar "ideas" con música es su labor,...pero es un atentado contra la humanidad y contra todo lo que la hace serlo! La comunicación entre la música y el ser humano es mucho mas sencilla y rápida de lo que pretendéis, simplemente existe o nó, la vistas como quieras...y lo demás son..."experimentos"cómo puede alimentarse ningún cuerpo de semejante sangre??? :-)
ResponderEliminarSiento haber hecho esta consulta pública...mis disculpas a los creadores...simplemente es que yo personalmente intentaría utilizar el mundo de las sensaciones... música para todos aquellos que quieran sentirse solos...saborear desde lejos las mieles de la soledad y del enfrentamiento real con nuestra propia existencia... mis disculpas de nuevo a todo aquello que pueda ofender...pillad la parte buena! :-) con todo mi respeto Luis
ResponderEliminarTus ideas son valiosas y nadie se ofende por ellas. Sin embargo, la obra es excelente y te recomendamos que la escuches con pausa, paz y atención. Gracias por compartir tus ideas.
EliminarEs bien fácil pues: créalas tu!... que no entiendas, compartas experiencias de otros no las hace ni mejores, ni peores. Entiendo que hay "otras músicas" para otros oídos; que la música va mas allá del ocio, lo estético o lo puramente sensual, y que puede ser subversiva, filosófica, política, molesta, ingrávida, poética o lo que uno consiga alcanzar a pensar y realizar... en cualquier caso nada es objetivadle en el arte, y cada obra "Obra" en cada cual su magia de forma libre. Obvio que a mas información más criterio y más deleite pero no es obligado para el discurso sonoro.... Tu criterio es tamizado, parcial y tuerto...¿ qué te parece?.
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